martes, 7 de septiembre de 2010

Los hombres del lado positivo

Mariano Cohn y Gastón Duprat, los directores de la premiadísima película El hombre de al lado —estrenada la semana pasada en la Argentina—, perfectamente pueden recibir ese calificativo por su evidente costumbre de dar vuelta absolutamente todo.


Cohn y Duprat crearon programas de televisión emblemáticos como “Televisión Abierta” y “Cuentos de terror” (con Alberto Laiseca). También fundaron y dirigieron el canal Ciudad Abierta. En el terreno del largometraje dirigieron “Enciclopedia”, “Yo presidente” y “El artista”, y hoy están en plena preproducción de “Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo”, que protagonizará el español Eusebio Poncela.

Como explica su presentación oficial, El hombre de al lado "narra un conflicto entre vecinos que parece no tener fin. Una simple pared medianera puede dividir dos mundos, dos maneras de vestir, de comer, de vivir. De un lado Leonardo (Rafael Spregelburd), fino y prestigioso diseñador que vive en una casa realizada por Le Corbusier. Del otro lado Víctor (Daniel Aráoz), vendedor de autos usados, vulgar, rústico y avasallador. Víctor decide hacer una ventana para tener más luz, y ahí empieza el problema: cada uno toma conciencia de la existencia del otro. La mirada del extraño corroe y pone en entredicho una vida aparentemente normal, y abre la puerta a los miedos, a las miserias y a las actitudes más viles".

Esa síntesis alcanza y sobra para contar la peli en una mesa de amigos. Porque, como sostenía Kartun acerca del teatro y su necesidad de optar por lo micro —en contraposición a lo macro que el cine suele y puede encarar, en proyectos del estilo Avatar—, El hombre de al lado centra toda su historia en una pequeñez digna del mejor circo de pulgas (citado por el mismo Kartun, era Jan Kott quien afirmaba: "Basta reducir cien veces el tamaño de un hombre para que una tragedia cortesana se convierta en un circo de pulgas. Basta aumentarlo cien veces para que un beso se convierta en una monstruosidad"). Pero ¡qué circo!

¿Los créditos finales de una película suelen hacerse en letras blancas sobre fondo negro? Pues hasta eso está "positivado" en esta obra: letras negras sobre fondo blanco.

¿Las películas suelen gastar casi tanto presupuesto en iluminación como en vestuario? El hombre de al lado no, porque está íntegramente iluminada —excepto las escenas nocturnas— por la luz natural que inunda el escenario en el que fue rodada, la casa que le Corbusier construyó en La Plata en 1948.

¿Los diálogos en el cine suelen mostrarse como una sucesión de planos y contraplanos a veces casi frenéticos? Aquí los directores optan, para ser coherentes con la propuesta del título —que presenta al hombre de al lado como visto por uno de los personajes—, por largas cámaras fijas, que enfocan casi siempre a uno solo de los personajes que dialogan.

¿La "sensación de invasión" que debía transmitirse al público exigía que todas las escenas en que los vecinos dialogaban a través de la medianera se vieran siempre desde un solo punto de vista, el del vecino "invadido"? Así es, y esa regla se cumple a rajatabla: la única toma hecha desde dentro de la casa del vecino "invasor" es la última de la película, cuando la ventana finalmente se cierra y todo queda a oscuras.

Lo mejor de todo es que, como buena comedia negra que es, El hombre de al lado garantiza carcajadas al por mayor. Algo así como una nueva versión de aquel gran choque entre dos civilizaciones, la vanguardista y la clásica, con una luz muy parecida y con una misma apuesta por el humor, que ostentaba aquella obra maestra de Jacques Tati, Mi tío, de 1958.

Ficha Técnica
Título en español: El hombre de al lado
Título en inglés: The man next door
Compañía productora: Aleph Media
Productor general: Fernando Sokolowicz
Directores: Mariano Cohn y Gastón Duprat
Protagonistas: Rafael Spregelburd y Daniel Aráoz
Guionista: Andrés Duprat
Músico: Sergio Pángaro
Productora ejecutiva: María Belén de la Torre
Asistente de dirección: Diego Bliffeld
Montajista y camarógrafo: Jerónimo Carranza
Duración: 103 minutos
País: Argentina

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